Termina un año lleno de retos y aprendizajes, un año que nos confrontó y nos recordó que lo más importante son las cosas más simples de la vida; un abrazo, una sonrisa, respirar libremente (sin tapabocas), caminar, vivir el aquí y el ahora.
Vivimos un año que nos obligó a hacer un alto en nuestras vidas, para ver lo afortunados que somos, demostrarnos a nosotros mismos todas nuestras capacidades y como podemos aprovechar cada oportunidad que se nos presenta. Es por esto que debemos tener siempre presente el autocuidado como pilar fundamental de nuestros días, cuidar de nuestra salud física y mental desde todos los ángulos posibles.
Recordar que fuentes no alimentarias pueden ayudar a nutrir sanamente nuestros cuerpos. Las relaciones significativas pueden ayudarnos a desarrollar conexiones más profundas con nuestros seres queridos. Las relaciones honestas y abiertas alimentan nuestra alma y hacen que los alimentos se conviertan en una fuente secundaria de energía.
No olvidemos también, que tener una actitud positiva promueve un entorno de vida saludable. Una actitud positiva nos ayuda a llevar una vida orientada hacia los objetivos. Atraerá de forma natural más energía positiva del mundo que nos rodea. Por eso te invito a vivir una Navidad sin excesos, rodeado de todos tus seres queridos que son esa fuente de energía infinita para recargarnos de amor y esperanza, un tiempo de reflexión sobre todas las enseñanzas que nos deja este 2020; especialmente para visualizar los objetivos y sueños que nos mueven para seguir luchando por ellos.
Dra. Carolina Montoya
Health Coach (IIN)