El cannabis medicinal se deriva de la planta de cannabis y contiene 2 sustancias ampliamente estudiadas como lo son el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC) ambas con efectos diferentes en nuestro cuerpo y que actúan de forma sinérgica al encontrarse mezcladas en la misma fórmula magistral para potenciar los efectos benéficos de ambas y disminuir los efectos adversos del THC, mejorar tolerabilidad y seguridad. Sólo el THC produce efectos psicoactivos dependiendo de la dosis utilizada, normalmente las dosis medicinales son muy bajas y no se alcanzan a producir dichos efectos.
Según la concentración de cada una de estas 2 sustancias dentro de la fórmula es el quimio tipo de cannabis medicinal que se formulará dependiendo de cada paciente y de los síntomas a tratar.
Existen diferentes vías de administración pero en Colombia solo está aprobada la vía oral, por esta vía el inicio de acción puede ser de 60 a 180 minutos y su duración de acción generalmente es de 8 a 12 horas por lo que puede administrarse de una a 3 veces al día. La vía inhalada tiene un inicio de acción más rápido y un efecto más corto.
El cannabis medicinal actúa en muchas partes de nuestro cuerpo a través de su unión a un sistema propio ( el sistema endocannabinoide), reestableciendo muchas funciones que estaban alteradas y generando un equilibrio a los daños causados en nuestro cuerpo durante años; un tratamiento que a diferencia de otros y con la supervisión adecuada no genera adicción ni dependencia, es bien tolerado, sin daño renal o hepático y que incluso repara daños causados por otros medicamentos. El cannabis tiene acción directa en el ciclo vigilia- sueño, sistema cardiovascular, inmunológico, centros del apetito, vías del dolor e inflamación, comportamiento, estado emocional y de ánimo, regulación del estrés, sistema digestivo y cerebral.
Las principales indicaciones del THC son el manejo de dolor neuropático, mejoría de conciliación del sueño, control de náuseas y vómito por quimioterapia y aumento de peso en pacientes con anorexia y caquexia por VIH. Las principales funciones del CBD son para uso analgésico, antinflamatorio, relajante muscular, ansiolítico, antioxidante, modulación en el mantenimiento del sueño, anticonvulsivante y neuroprotector por ello sus mayores usos son para control de dolor crónico, trastornos del sueño, trastornos de ansiedad, depresión, epilepsia refractaria, riesgo de dependencia a fármacos como los opioides, control sintomático en pacientes paliativos y en enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes.
La dosis terapéutica con la que se alcanza el control de los síntomas no es inmediata, debe aumentarse poco a poco según tolerancia a partir de un plan de titulación con aumentos graduales según edad, comorbilidades, interacciones medicamentosas e historia previa de consumo de cannabis hasta alcanzar la dosis adecuada para cada paciente. Por ello, la formulación es individualizada según tus necesidades y expectativas generando una fórmula magistral personalizada. Inicialmente el tratamiento no reemplaza otras terapias o medicamentos, pero a medida que se logra la meta propuesta es posible realizar desmonte de otros tratamientos.
Se contraindican extractos de cannabis ricos en THC o fórmulas balanceadas en pacientes menores de 18 años, trastorno psiquiátrico severo, historia personal o familiar de psicosis, esquizofrenia, trastorno afectivo bipolar y en enfermedad cardiovascular no controlada. En embarazo y lactancia se contraindican tanto productos con THC como con CBD así como en hipersensibilidad a cualquier cannabinoide o productos usados en su fabricación.
Los efectos adversos más comunes son sensación de boca seca, mareo, sensación de cansancio y somnolencia, síntomas que pueden desaparecer a medida que se continúa la misma dosis. Otros efectos menos comunes son taquicardia, náuseas, diarrea, estreñimiento, dolor de cabeza; con dosis mayores de productos ricos en THC se pueden alcanza efectos psicoactivos negativos como alucinaciones, crisis de ansiedad, depresión, alteración en la percepción del tiempo o euforia; en este punto no se debe seguir aumentando la dosis, se devuelve a la dosis mejor tolerada, sin efectos adversos asociados y con mejor efecto terapéutico.
El cannabis es una fórmula controlada que para ser administrada debe pasar por un proceso regulado, ser elaborado bajo prescripción médica, destinado a paciente especifico, elaborado por químico farmacéutico, de dispensación inmediata y con certificación INVIMA de buenas prácticas de elaboración.