¿Sabes realmente qué pasa en el cerebro de tu hijo cuando lo gritas? ¿Sabes qué pasa cuando no encuentra cómo expresar sus emociones? Entender qué pasa por su cabeza cuando están en un episodio emocional, es realmente importante, así tendrás más insumos cómo padre para ayudarlo con esa situación.
Para empezar, quiero remitirme a Daniel J. Siegel, quien menciona en sus libros que “Dos cerebros son mejor que uno” y no es para menos. Todas las personas contamos con dos hemisferios, izquierdo y derecho, lo que normalmente ocurre es que los usamos de manera separada y Siegel nos invita a integrarlos y ponerlos a trabajar en equipo.
Por si acaso y no lo sabías, el hemisferio derecho, es la parte emocional de las personas, es nuestra parte artística, no lineal, no verbal y, por el contrario, el hemisferio izquierdo es totalmente lógico, racional, lineal, es quien maneja la parte lingüística, de ahí la importancia de hacerlos trabajar en equipo para resolver los desafíos de la crianza que solo con la emocionalidad del momento no es posible, esto es lo que Siegel define como “Cerebro pleno”.
“Cuando abordamos a los niños desde la perspectiva del cerebro pleno, podemos satisfacer sus necesidades de una manera mucho más completa y reconducirlos hacia el Río del bienestar”, afirma Siegel.
La vida misma no es posible experimentarla solo desde un lado del cerebro, ambos hemisferios son importantes en nuestra vida, tanto para expresar sentimientos y emociones como para hablar, comunicar y darle orden a nuestra vida, y esto es igual de aplicable a los niños, especialmente cuando están en ese proceso de aprendizaje de cómo expresar sus sentimientos y lo que desean.
Es muy común y completamente normal que entre los 3 y 4 años empiecen a aparecer los denominados episodios de pataletas que vienen acompañados con gritos, llanto, palabras fuertes, patadas, entre otras reacciones que adoptan los niños para hacer ver que algo no está bien. Si analizamos lo anterior desde la teoría del cerebro pleno, podríamos decir que el cerebro del niño en estos casos está des-integrado y que la parte racional no estaría funcionando, nublada por la parte derecha – emocional. Es aquí donde se recomienda la estrategia de conectar y dirigir.
Cuando los niños se alteran, hablarles desde la parte lógica no funciona, no entienden razones y explicaciones de nada, así que el primer paso para conectar es hablar desde la emoción, dando importancia a lo que ellos están experimentando en ese momento. Ejemplo: tu pequeño está jugando y su juguete favorito se daña, él sale llorando y muy triste a contarte lo ocurrido. Para generar conexión, la expresión debe ser: Hijo entiendo tu molestia y tristeza, también me sentiría mal que se me dañen mis juguetes (Baja siempre a su nivel para mirarlo a los ojos, 2. Valida su emoción). Si vemos que es viable en ese momento podemos redirigir al lado lógico y guiarlo a encontrar una solución, o en algunos casos esperar a que esté más tranquilo – ¿te gustaría que te dé un abrazo y que intentemos arreglarlo juntos? Si aplicamos esta técnica, usando el tono de voz adecuado, estando siempre a su nivel y validando sus emociones, lograremos que nuestros pequeños gestionen asertivamente sus emociones y que aprendan a encontrar soluciones desde su cerebro lógico, logrando a futuro integrar ambos hemisferios. Ten en cuenta que tus conductas pueden posibilitar u obstaculizar la conexión con tus hijos.
Coach Daniela Giraldo
Coaching Infanto-juvenil y de familia
Mindfulness y Yoga para niños
Crianza Respetuosa
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