Cómo crecer en medio de la crisis

A lo largo de nuestras vidas nos vemos enfrentados a constantes cambios, algunos nos resultan fáciles de sobrellevar y otros no tanto. Esta situación que hoy nos acompaña a nivel mundial implica una serie de cambios en nuestra cotidianidad que podríamos interpretar justamente como los que no son tan fáciles de sortear.

A continuación te comparto algunas reflexiones que he venido construyendo, no solo como psicóloga, sino también como mujer, madre, esposa, hija, empleada, compañera y amiga.

La crisis como oportunidad: ¿es algo que hemos escuchado antes? Es posible que para muchos la respuesta sea “Sí”. ¡Sí! Las crisis, los cambios, traen consigo grandes cosas, aprendizajes, el desarrollo de nuevas habilidades y oportunidades.

Es así como te sugiero que veas este fenómeno, como una oportunidad para hacer un uso adecuado del tiempo, como la posibilidad de compartir más con tus hijos, a quienes a veces, vemos solo dormir en semana, porque salimos temprano a trabajar y llegamos tarde, o con los cuales solo compartimos un momento corto antes de ir a la cama; como la oportunidad para tener un tiempo de calidad con nuestra pareja, o para reordenar cosas de casa que tenemos aplazadas hace mucho tiempo o para leer el libro sobre el cual nos quedamos dormidos cada noche porque estamos cansados.

En fin, para hacer aquello que has deseado y no ha sido posible porque nos sumergimos en el afán del día a día, en lo urgente, en las responsabilidades o en las obligaciones. La vida hoy nos da esa oportunidad, de retornar al deseo, de despertar nuestra creatividad, divertirnos y compartir en familia.

No estás solo en esto: las técnicas de intervención que tiene un buen impacto para el tratamiento de diversas problemáticas en salud mental, son las que tienen un enfoque grupal, ¿sabes por qué?, porque el hecho de ver y entender que no estamos solos en aquello que vivimos minimiza su impacto, influye de manera positiva en nuestra interpretación de lo que nos aflige. Y es definitivo, el estar encerrados en casa, renunciar a espacios de esparcimiento, de diversión, las afectaciones económicas, la disminución de nuestra interacción social, el no saber qué hacer con el tiempo libre, la angustia por lo que vendrá, la incertidumbre por lo desconocido, el sentir que nuestra salud o la de alguien a quien amamos está en riesgo, no es algo que te ocurre solo a ti, nos está pasando a todos. Saber que no estamos solos, que lo que siento, pienso e incluso hago en estos momentos de crisis es comprendido por los demás, porque también les ocurre nos ayudará no solo como aliento, sino que también despertará en cada uno de nosotros la necesidad de ser el aliento de esa otra persona que está a mi lado, a quien amo, por quien me preocupo y quiero que esté bien.

Autocuidado Subjetivo: hay una multiplicidad de recomendaciones para todos. En relación a nuestra salud física estamos llenos de información sobre los riesgos, las formas de minimizarlos, los cuidados que debemos tener y en relación a nuestra salud mental sabemos y reconocemos la importancia de mantener una sana alimentación, continuar o dar inicio a una rutina de ejercicio, meditar, procurar mantener la calma, etc. Todos estos aspectos importantísimos y fundamentales que no hay que perder de vista.

No obstante, cuando incluyo en mis reflexiones el autocuidado quiero hacerlo invitando a que lo practiques, también, de una manera más subjetiva, que parta de tu autoconocimiento, del reconocimiento de tus necesidades particulares en salud tanto física como mental, del conocimiento de tus aficiones o de las cosas que son prioridad en tu vida.

La crisis puede derivar en altos niveles de ansiedad afectándonos significativamente, agudizando situaciones que por fuera de la crisis posiblemente mantenemos bajo control. Si tienes una enfermedad crónica, si sufres de una afectación en salud mental, si para ti la productividad es importante y no estás en tu lugar de trabajo, si para ti tu formación académica es primordial y estás por fuera de la universidad o del colegio, si tu vida es activa socialmente y no puedes ver a tus amigos o ir a los lugares que frecuentas cotidianamente, si ir al gimnasio es justo aquello que te estresa dejar; sea cual sea esa situación que forma parte de ti, que te hace único, que le da sentido a tu vida o que requiere de cuidado para estar bien, es ahí donde el autocuidado subjetivo resulta importante. De la misma manera, subjetivamente, debes generar las estrategias para continuar con aquello que da sentido a tu vida, para no descuidar tu salud, para mantener el ritmo de tu vida a pesar de las circunstancias y sin olvidar las recomendaciones generales.

Cuidarte, entender que no estás solo y ayudarnos mutuamente, crecer a partir de la crisis. Mi invitación desde el corazón para todos.

Psi. Deisy Castro
Psicóloga Clínica
Educadora en disciplina positiva
Torre médica Intermédica. Consultorio 1603.
www.cuerpoymente.com.co
Cuerpo & Mente. Alivio del dolor, salud y bienestar.

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