La mayoría de personas hacen una elección de pareja intentando cumplir con la lista de chequeo que nos ha impuesto la sociedad. Debes, estudiar, especializarte, trabajar, tener una pareja para casarte y tener hijos, trabajar hasta el cansancio y obtener bienes materiales para poder pertenecer a esta sociedad donde el aparentar que somos lo que no somos se ha vuelto tan importante.
En el afán de competir por poder cumplir con todo conseguimos parejas sin conocerlas realmente y nos dejamos llevar por una fase de enamoramiento donde todo parece perfecto, pero que a medida que van pasando los años nos damos cuenta que todo no es tan perfecto y es ahí cuando empiezan las peleas, el maltrato físico y psicológico, y los divorcios, en el mejor de los casos. sin embargo, en ese momento ya hemos caído en una dependencia emocional, que a pesar de todo lo negativo que rodea la relación, no me alejo, ni me voy de allí, con tal de no quedarme solo(a).
Cuando elegimos la pareja con esta presión social o familiar, no podemos realmente conocer los valores de una persona, pilar fundamental para que una relación pueda funcionar. Si mis valores van en contra de los suyos o viceversa, tarde o temprano se generará un conflicto.
Lo segundo que debemos compartir con alguien antes de construir una relación son los proyectos, tanto personales como de pareja. No es posible entablar una buena relación si nuestros proyectos van en contravía y no se complementan, no puedo pretender caminar bien con una piedra en el zapato.
Y lo tercero a la hora de elegir esa pareja, es comprender que el amor es un sentimiento, por el cual se trabaja en equipo, pero no hay necesidad de luchar y sufrir por él, que de igual manera se termina y, cuando ya no lo siento, es sano alejarme y decir que ya no tengo amor.
Cuando soy capaz de elegir correctamente esta persona, me siento pleno(a) y satisfecho(a), no hay necesidad de peleas, de enfrentamientos y mucho menos de maltrato. No hay celos, porque no existe el temor a la soledad, porque estoy seguro(a) de la elección que hice; eso es una gran muestra de amor propio que genera bienestar a nivel físico, emocional y espiritual.
Dra. Ana Henao
Médica Nutrióloga Integrativa
Biorreprogramadora
Medicina Funcional