Anoche mientras intentaba dormir a Sofía, mi hija de 2 años, puse mis manos en su corazón para tranquilizarla y que lograra conciliar el sueño. Cuando tenía mis manos en su pecho, pude sentir ese pequeño milagro que se escondía ahí adentro. Era increíble como su corazón latía, creo que en estos 2 años de vida y a pesar de tenerla ahí siempre conmigo, de dormir durante más de 15 días con ella aferrada a mi pecho y permanecer días enteros juntas, nunca me había detenido a sentir ese pequeño corazón latiendo en su pecho. Sin darme cuenta unas lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas; no era tristeza, era una felicidad desbordante al sentir que estaba viva. Me asombro al sentir que la vida nos sorprende con detalles tan pequeños que dejamos pasar desapercibidos y perdemos la oportunidad de sentir y disfrutar la grandeza de lo que somos.
Llevaba varios días pensando cómo transmitirles información acerca del guion mental personal; ya había escrito un post acerca de esto, sin embargo, quería encontrar una manera más amena, más amigable, más fácil de comprender y sentir el corazón de mi pequeña, me mostró que era mucho más sencillo de lo que yo pensaba. Es por eso que comprendí que, si se los explico con ejemplos de la vida real, con casos que comparten mis pacientes todos los días, sería más fácil para ustedes interiorizar y ponerlo en práctica.
Imagínense un niño, lo vulnerable que es a todo el entorno que lo rodea, desde que está en el vientre de mamá está recibiendo información y, aunque no es común tener recuerdos de cuando estábamos en el vientre de la mamá, la información existe, pero está guardada en una cajita que la mayoría de veces desconocemos y es aquello que llaman mente inconsciente.
Esta cajita la vamos llenando de información, hasta aproximadamente los 7 años de edad. Todas las vivencias que tenemos en estos años de vida son allí guardadas y a lo largo de la existencia, cada vez que vivamos una experiencia igual o parecida a la ya almacenada en el inconsciente, vamos a reaccionar, no como el adulto racional pensante, sino como el niño emocional que habita en nosotros. A continuación, encontraremos un ejemplo que nos ayudará a comprender mejor:
Clara una mujer de 42 años, asiste a consulta con el fin de comprender por qué tiene tanta ansiedad por comer, por qué no logra dejar de comer ciertos alimentos, así ya sea consciente de que le hacen daño y no le caen bien, sin embargo, constantemente tiene atracones de comida, lo que la hace sentirse culpable. Durante la consulta encontramos que Clara, vivió una niñez tranquila, al parecer sin ningún trauma que le desencadena dicha ansiedad, sin embargo durante la terapia, Clara va a un momento de la vida cuando tenía 6 años de edad y recuerda que en su casa escaseaban los alimentos a pesar de que su padre tenía un trabajo estable pero con una muy mala administración del dinero, al mismo tiempo recuerda que el día que le pagaban a su papá, él llevaba cantidades exageradas de comida y ese día, comían como si nunca más en la vida lo fueran a volver a hacer. En ese instante, Clara comprendió que quien comía ansiosa constantemente era esa niña de 6 años que seguía pensando que la comida iba a faltar y que no volvería a comer así de bien en los próximos días.
En el inconsciente de Clara quedó guardada la información de que debía comer ansiosamente porque en cualquier momento podría llegar la escasez.
De esta forma es como vamos llenando nuestro inconsciente de información que a lo largo de la vida ponemos en práctica sin darnos cuenta y es por esto que decimos que vamos siguiendo un guion el cual no conocemos conscientemente, pero que a través de diferentes terapias, podemos acceder a ella y de esta forma reescribir el guion de nuestra vida y de esta forma volver a la vida.
Dra. Ana María Henao
Médica Integrativa y Funcional
Terapeuta en Bioreprogramación
Cofundadora de Cuerpo Mente Wellness Center
