Muchos han escuchado que uno de los medicamentos más potentes para el control del dolor es la morfina. Este es un analgésico opiáceo porque es un derivado del opio; se une en el cuerpo a unos receptores específicos para ejercer su efecto, el control del dolor. La morfina es como la llave y los receptores son como la chapa. Una vez se abre la chapa, se inician una serie de procesos en el cuerpo que alteran la transmisión de los impulsos dolorosos, generando así un control o alivio del dolor.
Pero ¿cómo es que el cuerpo tiene esos receptores?
Resulta que la morfina, se parece a unas sustancias o mediadores químicos que nuestro propio cuerpo produce, es decir son endógenos, no nos los tienen que aplicar ni los tenemos que tomar. Estos mediadores se llaman endorfinas y hacen parte de nuestra farmacia interior. Se producen principalmente en dos estructuras que se encuentran dentro de nuestro cráneo, una es el hipotálamo y la otra se llama la glándula pituitaria. Se generan y liberan en respuesta al dolor, al estrés y otros estímulos, pues no sólo juegan un papel en el control del dolor sino también en la sensación de bienestar.
¿Qué papel juega el ejercicio en todo esto?
Pues bien, el ejercicio regular y dentro de lo posible supervisado y formulado, produce muchos beneficios a nuestra salud, entre ellas, se acompaña de la producción y liberación de las mencionadas endorfinas. Al producirse las endorfinas con el ejercicio regular, se va generando una sensación de bienestar y esta es la razón por la cual, con la práctica constante, luego sientes la necesidad de continuar para seguir teniendo esa sensación de bienestar.
Entonces, ¿Cuál es la relación del ejercicio con el alivio del dolor?
Como mencionaba inicialmente, la producción y liberación de opioides endógenos o endorfinas, producen unas respuestas químicas en el camino del dolor que favorecen su alivio. Así pues, la práctica regular, dirigida, constante de un ejercicio o de una actividad física, no sólo se va a acompañar de sensación de bienestar en un paciente con dolor crónico sino que también ayudan al alivio del dolor sin tener que acudir con tanta frecuencia a tomar medicamentos que hagan lo propio.
El dolor crónico tiende a generar una evitación natural a moverse, lleva en ocasiones a pensar que, al hacerlo se va a producir más daño en el cuerpo, de modo que se piensa que es mejor quedarse quieto. Hay algunas condiciones, en las que se prescribe el no apoyar, caminar, o realizar cierto tipo de movimientos, pero esto es temporal y tiene una razón de ser; sin embargo, no implica que no podamos hacer alguna terapia que ayude en la rehabilitación, esto por supuesto, debe ser dirigido por un profesional.
Los programas psicoeducativos que apoyan el alivio del dolor como el de Mindfulness y Compasión para La Salud y el Estrés MBPM, incluyen una serie de movimientos (movimientos mindful) que hacen parte de una técnica de meditación formal, pueden ser realizados por cualquier persona y cumplen diferentes objetivos, entre ellos, que se contrarreste en parte esa evitación natural a moverse que genera el dolor y los efectos negativos que esta evitación trae.
Te espero en mi consulta para que juntos transformemos tu vida.
William Joaquí
Médico Anestesiólogo.
Especialista en Medicina del Dolor.
Máster en Manejo Avanzado del Dolor.
Cofundador de Cuerpo & Mente. Humanizando el Alivio del Dolor. Una mirada integrativa y funcional al alivio; con un equipo interdisciplinario para el tratamiento o acompañamiento del cuerpo y la mente.
Torre médica Intermédica. Consultorio 1603.
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