La fibromialgia para mí, más que ser una enfermedad, es un proceso de sanación y aprendizaje del cuerpo y la mente, sí, pues con ella se desaprende y se aprende un mundo de posibilidades antes inexistentes. Aunque se acompaña de dolor constante, fatiga crónica y otros síntomas, sumado a una montaña rusa de emociones que le sube el volumen al dolor y una sensación de impotencia al no saber qué hacer, se puede transformar en un proceso de sanación.
No soy médica, tampoco psicóloga, mucho menos consejera o terapeuta, soy un ser humano que se da a la tarea de sentir, de pensar y de actuar después de un proceso de aprendizaje y sanación que considero no acaba, pero se acompaña cada vez de una consciencia diferente.
Conozco la fibromialgia muy de cerca, tanto que podría pensar que de alguna manera muchos la hemos padecido, pero nos da temor enfrentarla. Las largas jornadas laborales, el cuidado de la identidad pública por el que dirán, el desconocimiento en la alimentación “saludable”, el maltrato familiar, el desempleo, la carencia afectiva, la falta de autoconfianza y muchas otras cosas, nos llevan a veces a que nos duela hasta el pelo. Y es que nos afecta la mente porque queramos o no, hay palabras y actos que van quedando como huella en nuestra memoria y en el cuerpo; sumado a esos alimentos que nos venden como saludables, o que algunos legitimadores promocionan como estilo de vida saludable sin serlo, o dietas para bajar de peso que no individualizadas, pueden empeorar la condición de salud o no ayudar a mejorarla.
Si bien no padezco la enfermedad como tal, en mi familia si existe, por eso me atreví a decir que la conozco de cerca. Pero el dolor de mis rodillas constante a pesar de mi peso (soy una mujer delgada) o en otras partes de mi cuerpo, el reflujo frecuente, el calor a una edad en donde en teoría las hormonas son reguladas, entre otros factores, me llevaron a cuestionarme y realizar una transición en muchas actividades de mi vida diaria. Tal vez algunos con estos síntomas han buscado ayuda más temprano, pero hay otros que por muchas razones aún están allí, tratando de callar lo que el cuerpo grita.
Esto no es para generar ningún juicio, son muchos factores en el día a día que no dejan o no facilitan prestar atención a lo que está pasando, posiblemente las prioridades son otras. Te invito a que no esperes más, a que seas tu prioridad, a que seas la persona más importante en tu vida, a que te dejes guiar por tu intuición, aquello que todos tenemos, pero poco utilizamos. La fibromialgia es una enfermedad que puede presentarse como un promotor para cambiar la manera de VER, ACTUAR y SENTIR la VIDA, pues una vez la asumes con compromiso y determinación, te das cuenta que es como volver a nacer; es algo mágico que te da respuestas, es aprender a gestionar un día a la vez en consciencia plena, es disfrutar cada paso, es valorar el proceso y no el resultado, es mirar la vida con más compasión, empezando por ti.
La fibromialgia es una enfermedad a diferencia de muchas otras, que ha permanecido en silencio, no es tan evidente como un cáncer, una fractura, una artritis, etcétera, muchos médicos no creen en ella, incluso en ocasiones no aceptamos tenerla y como frecuentemente los exámenes salen normales, confunde el pensar si es producto de la imaginación, cosa que incluso los seres más cercanos en ocasiones piensan. Los invito a que no se sientan solos, que saquen de su cabeza el tener que demostrar su dolor en la familia, a los médicos y a la sociedad, simplemente quien la vive es quien la siente y se debe permitir sentirla y gestionarla, buscar la ayuda correcta y vivir con compromiso un proceso de alivio y sanación, donde el protagonista no sea el dolor sino tú mismo, tu felicidad, tu vida, tu tranquilidad.
La gran mayoría son mujeres, y claro, nos envolvemos en un mundo profesional y personal de la multitarea, de hacerle frente a todos los ámbitos para ser la buena esposa, buena mamá, buena hija, buena empleada y obvio el buen ser humano esperado… ¿esperado por quién? ¿hacemos lo que nos hace plenas o lo que nos toca?
En la mayoría de los casos el buen corazón nos acompaña por nuestra condición femenina y a todo le decimos sí, quedando desplazados muchos proyectos, muchos sueños y muchos planes, así como el descanso; ese descanso que es necesario para el equilibrio mental, físico y emocional. Sumando todo lo anterior, el cuerpo comienza a manifestarse, es la manera que encuentra de llamar la ATENCIÓN. Sin embargo, como todo proceso de sanación duele, lo más fácil es ir al síntoma y el dolor puede aliviarse con un “tratamiento”.
Yo desde mi experiencia, les comparto que no hay mayor plenitud que convertir la palabra aliviar en sanar. Sé que en la medicina no se habla de curar ni de sanar, pues está sujeta al efecto que los medicamentos hagan en la persona, volviendo crónicas muchas enfermedades. A la que hoy le hacemos reconocimiento es a la Fibromialgia, pero la gastritis, el colon irritable, el dolor de cabeza, de espalda, el infarto, la depresión y miles más, se nos convierten en algo cotidiano; sumado a un país donde el sistema de salud cada vez es más desesperanzador, quedando entonces en un círculo vicioso en la mayoría de los casos.
Contrario a esto, está la temida sanidad, y digo temida porque no es el camino fácil, porque duele reconocer algunas cosas, porque es un camino más largo. Pero la sanidad, aquella que va de adentro hacia afuera, que comienza como un espiral pero que genera PLENITUD, se refleja en una mirada brillante, en una sonrisa sincera, en un abrazo amoroso, pero llegar allí tiene tres pilares en los que hay que trabajar bastante: Compromiso, Paciencia y Confianza. ¿Te atreves a dar ese paso?
Tú tienes una farmacia interior, tienes una brújula interna que guía el camino, no dudes de eso; no a todo hay que decirle SI, no todo hay que hacerlo, no todo lo que nos dicen es cierto; recuerda que hablamos desde la manera como vemos la vida, actuamos de acuerdo con nuestra escala de valores y pensamos conforme a lo que tenemos en nuestro corazón.
Da ese salto de Fe a la sanación, tú no eres tu dolor, tu enfermedad es más visible de lo que crees y tu alma esta lista para acompañarte en este cambio de vida
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Sandra C Giraldo.
Coach Ontológica Profesional
Máster en Programación Neurolingüística
Cofundadora de cuerpo&mente. Humanizando el Alivio del Dolor. Una mirada integrativa y funcional al alivio; con un equipo interdisciplinario para el tratamiento o acompañamiento del cuerpo y la mente.
Torre médica Intermédica. Consultorio 1603.
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