Cuando hablamos de nuestras emociones es importante tener presente que estas funcionan dentro de un sistema, en el cual aparecen piezas también importantes como los sentidos, que son los encargados de recoger la información y hacerlas visibles en la mente donde la información será interpretada en un nivel primario, para de esa forma evocar las emociones, que a su vez van a generar una respuesta fisiológica y conductual acorde a la necesidad dictaminada por esa demanda externa o interna dada por el estímulo percibido.
Esto nos va a permitir adaptarnos y sobrevivir como especie. Sin embargo en algunas ocasiones desde nuestro nivel secundario de interpretación asumimos que los recursos que tenemos para hacerle frente a la demanda, son insuficientes o inexistentes y es donde se detonan las emociones secundarias.
En algunos casos, estas interpretaciones son elaboradas por creencias personales distorsionadas lo que puede ocasionar respuestas emocionales, fisiológicas y conductuales igualmente erradas.
Para esto, te daremos a conocer algunas recomendaciones que permitirán que todos los elementos involucrados en el sistema de activación emocional estén regulados, de esa manera te permitirán el uso adecuado del recurso emocional:
1. Mantener hábitos de vida saludables: visitas médicas, alimentación equilibrada, ejercicio físico, sueño, no consumo de sustancias que alteran el ánimo a no ser de estar recomendadas por un profesional. La idea es que al realizarlos, entiendas la repercusión que esto tiene en la regulación emocional, ya que disminuye la vulnerabilidad a las emociones negativas.
2. Incrementar de manera voluntaria emociones positivas, por medio de la programación de actividades placenteras, ten siempre a la mano una lista de actividades que te gusten, para que al momento de sentirte mal puedas acudir a ellas y no te dejes engañar por tus emociones negativas presentes.
3. Ten herramientas de tácticas de supervivencia a las crisis emocionales, como:
a. Cambiar la fisiología del cuerpo (uso de hielo, picante, ejercicios de respiración profunda o ejercicio intenso) esto hará que tu cuerpo tenga una respuesta fisiológica más llamativa a la que dictamina por la emoción presente.
b. Técnicas de distracción (películas de terror, hacer el ejercicio de buscar objetos con colores específicos, rompecabezas, hacer algo bueno por alguien) de manera que la atención de tu mente esté puesta en otra actividad diferente al malestar.
c. Permite cuidarte y confortarte, voluntariamente ante un día difícil o situación de crisis busca relajarte con baños de espuma, aromaterapia, música que te guste, cambio de sábanas, busca mejorar el momento apagando el celular por un rato, trata de imaginarte un lugar donde te gustaría ir o donde ya has estado y te genera recuerdos agradables.
d. Analiza los pros y los contras del problema, como una forma de intentar resolver la situación que te está detonando la crisis.
Si a pesar del uso de estas herramientas, aún percibes que no es suficiente para regular tus emociones y encontrar tranquilidad, recuerda que está bien:
1. Hablar con otra persona que te proporcione apoyo
2. Conseguir la información que sientas que necesitas para resolver la situación
3. Buscar apoyo de un profesional
Psi. Tita Builes
Psicóloga Clínica
Magíster en Psicología
Magíster en Terapias Psicológicas de tercera generación.
www.cuerpoymente.com.co
Cuerpo & Mente. Alivio del dolor, salud y bienestar.