Los mandalas en la actualidad se encuentran muy de “moda”. Y gracias a Dios, porque para el momento que estamos pasando de cuarentena, nos brindan una opción maravillosa no solo para pasar el rato, sino para conectarnos con nosotros mismos, y con la situación.
Además nos permiten vislumbrar cómo realmente estamos enfrentando la condición de cuarentena, y cómo nosotros estamos en el fondo de nuestro corazón reaccionando y fluyendo con ella.
El virus coronita, como yo le digo personalmente, para quitarle poder a este agente infeccioso, llegó a nuestras vidas para replantear precisamente la forma de vivir, para poner en jaque nuestra escala de valores y para permitirnos elegir de alguna manera si planteamos en nuestra existencia un modo de vida más acorde a las necesidades de todos, permitiéndonos una relación más concordante y armoniosa entre hombre y naturaleza. Y esta armonía, fielmente se puede manifestar a través de los mandalas.
La palabra mandala proviene de un idioma muy antiguo llamado sánscrito, es uno de los primeros idiomas del mundo Indoeuropeo, y ha sido empleado como lengua litúrgica en religiones tan importantes como el Hinduismo y el Budismo, donde esta lengua sagrada y sus sonidos permiten una vibración cósmica. Del sánscrito, la palabra mandala traduce “rueda o círculo sagrado”.
El mandala representa la sanación para estas culturas, es un símbolo de unión e integración. Los mandalas se inician en un punto central y se desarrollan de manera simétrica hacia su alrededor, produciendo un efecto de armonía y equilibrio.
¿Te parece que es precisamente esto lo que necesitamos en este momento? ¿Necesitamos armonía y equilibrio?
Dibujar y colorear mandalas nos ayuda a encontrar paz, y nos permite reubicarnos, tomar la posición que debemos asumir en nuestra vida, o en las diversas situaciones que ella nos propone.
Nos permite, a través de su forma circular, generar un equilibrio entre los hemisferios cerebrales, el derecho que se encarga de la parte artística y emocional y nos da una visión más puntual de la vida, y el hemisferio izquierdo más analítico, nos permite contextualizarla y contextualizarnos en ella.
Adicionalmente, los mandalas nos permiten elevar nuestro nivel de consciencia, mejorar nuestra concentración y transformar energías un tanto negativas en positivas.
Ahora, ya sabiendo qué buscamos al colorear o dibujar los mandalas… ¿cómo lo hacemos? Pues a pasar del pensamiento a la acción…
Los mandalas no requieren un manual de instrucciones para colorear. Es solamente mirarlo detenidamente y permitir que nuestra energía fluya a través de ellos, soltar la racionalidad de nuestro hemisferio cerebral izquierdo y conectar nuestros pensamientos con él, sin la necesidad de racionalizar, fluir con los colores que de acuerdo a nuestra concepción no racional se puedan manifestar en él.
De acuerdo a nuestro estado de ánimo y a nuestra energía preponderante, se harán manifiestas muchas de las formas o colores en nuestro mandala.
Actualmente en el mercado hay muchos libros, con propuestas de mandalas hermosos que nos ayudan a gestionar a través de ellos nuestras emociones de una mejor manera. Algunos libros más costosos que otros, pero en internet se consiguen imágenes de mandalas que están solo a un click para impresión, o aplicaciones que se pueden descargar a nuestro celular para colorearlos de manera virtual.
Alternativas hay muchísimas para conectarnos con nuestra esencia, y manejar nuestras emociones y frustraciones generadas en esta cuarentena de una manera menos triste y angustiante.
Así que manos a la obra, por acá te dejo unas imágenes por si deseas descargarlas y comenzar a fluir con el color.
Dra. Luisa Sánchez
Médica Especialista en Terapias Alternativas y Complementarias
Torre médica Intermédica. Consultorio 1603.
www.cuerpoymente.com.co
Cuerpo & Mente. Alivio del dolor, salud y bienestar.