Consulté por dolor articular y mi médico algesiólogo me trató el intestino.
¿Por qué nos debemos enfocar en el intestino?
El síndrome de "intestino permeable" (“Leaky Gut”), asociado desde hace mucho tiempo con la enfermedad celíaca, ha atraído mucha atención en los últimos años. A menudo se describe como un aumento en la permeabilidad de la mucosa intestinal que podría permitir que toxinas y otras moléculas se «filtren» en el torrente sanguíneo. Se considera que el gluten y la sensibilidad al gluten pueden desencadenar este síndrome en individuos genéticamente predispuestos. Otros factores predisponentes pueden ser el estrés, la presencia de infecciones intestinales, la exposición a antibióticos y las preferencias nutricionales. Además, hoy se sabe que la inflamación sistémica derivada de esta condición está asociada con diversas condiciones crónicas como el asma, la dermatitis atópica, la psoriasis, el acné, enfermedades tiroideas, trastornos autoinmunes, el autismo, trastornos depresivos, la esquizofrenia, el Alzheimer, la osteoporosis, síndromes de dolor muscular y osteoarticular, la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, entre otros.
El conocimiento empírico clásicamente nos había enseñado cómo el dolor es uno de los signos cardinales de la inflamación, pero la novedad de esta información ha sido entender que una disfunción o la lesión de la barrera intestinal puede ocasionar una respuesta inflamatoria a distancia, la cual puede manifestarse por diferentes condiciones de dolor crónico.
Ahora te preguntarás: ¿Y cómo sucede esto?
Pues bien, las superficies mucosas son la mayor fuente de exposición a posibles detonantes inflamatorios, y el intestino, que es la mucosa más grande del organismo, recibe el desafío de cargas antigénicas (sustancias que al introducirse en el organismo inducen en este una respuesta inmunitaria y provocan la formación de anticuerpos) como bacterias comensales (bacterias que obtienen alimentos o protección a expensas de nosotros, sin producirnos daño ni beneficio), antígenos alimentarios y virus, todos en cantidades diarias mucho mayores que las que el sistema inmunitario experimenta sistemáticamente en toda la vida. En condiciones patológicas, la integridad del revestimiento epitelial puede verse comprometida permitiendo el paso de estas toxinas, antígenos y bacterias hacia al torrente sanguíneo, lo que obliga al sistema inmunológico a intervenir y activar la cascada de moléculas inflamatorias como mecanismo de defensa.
Esta respuesta inflamatoria puede comprometer prácticamente cualquier órgano del cuerpo, siendo el sistema neurológico y las articulaciones especialmente sensibles a sus efectos.
Adicionalmente, el intestino es el órgano que produce la mayor parte de la serotonina y dopamina que requiere el cerebro para mantener una buena salud mental. Por lo tanto, una barrera intestinal intacta es fundamental para una función fisiológica normal y la prevención de las enfermedades. Asimismo, un entorno mucoso poco saludable transmite un mensaje de “alarma” al sistema inmunitario y neurológico.
Si cumples varios de estos 10 puntos, podrías estar padeciendo un síndrome de intestino permeable:
- Síntomas gastrointestinales (diarrea crónica, estreñimiento, gases, distensión o hinchazón abdominal)
- Anemia
- Artritis o dolor en las articulaciones
- Dolores de cabeza, niebla cerebral, pérdida de memoria
- Fatiga excesiva inexplicable
- Erupciones cutáneas, acné posterior a la adolescencia, eccemas o rosácea
- Antojos de azúcar o carbohidratos
- Infecciones frecuentes.
- Depresión, ansiedad, déficit de atención
- Enfermedades autoinmunes o imunomediadas como la artritis, artritis reumatoide, el lupus, la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn.
Te comparto esta bibliografía por si te interesa profundizar sobre los detonantes de la permeabilidad intestinal y sus posibles implicaciones en la salud:
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Juliana Mendoza
Médica Anestesióloga.
Especialista en Medicina del Dolor.
Torre médica Intermédica. Consultorio 1603.
www.cuerpoymente.com.co