Es frecuente que cuando se diagnostica cáncer, el paciente y su familia inician una búsqueda en pro de mejorar todos los aspectos de su vida incluyendo la alimentación, de hecho, se sabe que un gran porcentaje de pacientes ha perdido peso e incluso están desnutridos, al momento del diagnóstico.
La intervención nutricional es de gran importancia dado que nos lleva a mantener un peso sano, mejorar la calidad de vida, mejorar la tolerancia al tratamiento, mejorar el estado inmunológico y mejorar el estado funcional, incluso se ha visto impacto positivo en pronóstico y supervivencia. En caso de presentarse malnutrición se manifiesta en ocasiones intolerancia al tratamiento, retraso en la cicatrización de heridas quirúrgicas, mala absorción de nutrientes, se potencia la supresión del sistema inmunológico, aumenta el riesgo de complicaciones infecciosas, disminución de masa muscular entre otras; es por esto que la intervención nutricional debe ser considerada parte esencial en la valoración global desde el momento del diagnóstico.
A continuación, como Médica Nutrióloga con enfoque en pacientes oncológicos y al haber perdido un ser querido, expongo una serie de recomendaciones generales que se pueden implementar al momento del diagnóstico sin olvidar la importancia de la evaluación individual por un profesional capacitado que acompañe el proceso.
- Incorporar la actividad física bajo supervisión de personal calificado
- Al menos la mitad de la dieta debe ser a base de verduras, frutas y cereales integrales
- Las verduras deben representar la mitad del volumen de comida en el plato
- Limitar el consumo de alimentos procesados y altos en grasas
- Ingerir liquido 30 minutos antes o 30 minutos después de las comidas para evitar sensación de llenura y lograr la ingesta completa del plato
- Variar la textura, colores y sabores de las preparaciones
- Hay mejor tolerancia a las preparaciones al horno o cocidas
- Limitar el consumo de carnes rojas, procesadas y ahumados
- Limitar el consumo de azúcar
- Limitar el consumo de licor
La implementación de estas recomendaciones permite establecer nuevos y mejores hábitos que se ve reflejado en calidad de vida, sin embargo, es prudente que se realicen de forma gradual, sin prisa, puesto que las costumbres ya establecidas por años llevan su proceso en reemplazarlas o modificarlas, además considerando que se está teniendo una serie de transiciones emocionales, físicas y espirituales importantes en todas las esferas; y es importante además resaltar el papel que cumple la familia y el cuidador y toda la red social y de apoyo que se teje ante una condición de salud crónica, parte de un buen acompañamiento se puede hacer por medio de la implementación de dichos cambios lo que va a generar un impacto positivo en el proceso, el paciente se va a sentir acompañado, se fortalece dicha red de apoyo para el paciente, aprenden juntos nuevas formas de alimentarse, pero lo más importante, fortalecen los lazos familiares que va a ser el soporte para este camino juntos.
Dra. Marcela Benítez
Nutrióloga
Médica Funcional
Enfoque pacientes oncológicos