La Organización Mundial de la Salud define el término de pandemia como la propagación mundial de una nueva enfermedad, que usualmente se produce cuando surge un nuevo virus que se propaga por el mundo y la mayoría de las personas no tienen inmunidad contra él.
Por primera vez en el siglo XXI la humanidad entera se enfrenta a una enfermedad viral altamente contagiosa y que conlleva a una mortalidad importante, y más allá de las manifestaciones físicas que le caracterizan, dicha enfermedad ha generado un gran impacto sobre la salud mental no solo de quien contrae la infección sino también en quien la vive de lejos.
Hoy en día el COVID 19 se ha convertido en una amenaza para el bienestar y para la estabilidad de los seres humanos en todo el mundo, generando consecuencias deletéreas a nivel económico, familiar, social y de salud física y mental.
Ante esta situación de crisis es esperable que la humanidad entera se encuentre en proceso de adaptación al cambio abrupto en la forma de vida.
El estrés, la ansiedad, la incertidumbre, el miedo, la angustia y la desesperanza son emociones frecuentes. Sin embargo, a medida que aumenta la percepción de amenaza con el paso de los días, en ausencia de habilidades para afrontar las dificultades, los seres humanos pueden comenzar a experimentar estrés grave, por lo cual existen herramientas que pueden ayudar a prevenir que esta situación de adaptación se convierta en un peligro latente para la salud mental individual.
Posiblemente en redes sociales, en la página y publicidad del Ministerio de Salud habrás escuchado muchos de los tips para prevenir el estrés por la pandemia. Lo que queremos hoy no es repetirlos sino más bien invitarte a que te hagas consciente de la importante de practicar cualquier método de autocuidado, el preferido para ti, bien sea la actividad física, o canalizar tus energías por medio de la meditación o por medio de mantener el contacto social por redes con tus amigos y familia, o bien sea practicando alguna de las actividades que para ti sean gratificantes, pues la práctica diaria de estas actividades tienen el potencial de reducir los niveles de estrés en el cerebro con la consecuencia de favorecer el estado de bienestar.
En otras circunstancias, bien sea por el afán del día a día, del trabajo y en ocasiones por vulnerabilidades genéticas, sociales y biológicas, además de ausencia de habilidades de afrontamiento, el estrés grave puede manifestarse de una forma más brusca y peligrosa como la ansiedad persistente, la depresión, los cambios de comportamiento, la irritabilidad y reacciones violentas, las crisis de pánico e intentos de suicidio o utilizar las sustancias psicoactivas y el alcohol como estrategias inadecuadas para regular el malestar.
La ansiedad también puede causar trastornos del sueño y fallas de concentración, además de disminución del rendimiento laboral.
En caso de que esto ocurra, la mejor alternativa será buscar ayuda profesional, pero ¿en qué momento? Justo antes de que la ansiedad se vuelva inmanejable, justo cuando apenas comienza el sueño a alterarse, o el estado de ánimo a comprometerse, justo antes de que la concentración y el rendimiento laboral se vean afectados, justo ahora si ya lo experimentas es el momento crucial para buscar ayuda especializada.
Una vez busques la ayuda que necesitas, se planteará un programa de manejo que involucre estrategias psicoterapéuticas para fortalecer tus habilidades de afrontamiento, y un plan de intervención farmacológica para ayudar a tu cerebro a regular los niveles de estrés de una manera
más rápida y efectiva.
Dra. Alejandra Gutiérrez
MD. Especialista en Psiquiatría – UdeA
Ms. en Terapias Psicológicas de Tercera Generación -VIU
alejandragutierrez@cuerpoymente.com.co
