«Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas». Henry Miller
No cumplo con muchos protocolos de escritura, más que ser mi oficio es mi pasión, por eso me entrego a las letras como un bailarín a su danza, un músico a su instrumento, un médico a sus pacientes, con la diferencia que aquí plasmo mis mejores y más auténticos sentimientos, aquellos que he vivido, he experimentado y he gestionado y que cada día me permiten sentirme liberada y entendida, porque comprender es aliviar.
Un viaje de conexión Interior es una anécdota de vida que me llevó a la más enriquecedora de las experiencias: La plenitud del momento presente.
El 1 de Agosto de 2019, emprendí junto a mi esposo la Fase II de un taller de formación que continuaría cambiando mi vida, en lugar llamado Segart a unos cuantos kilómetros de Valencia-España, fue mi hogar por un par de semanas. Mis expectativas eran muchas, y ¿cómo no? Si estaría conviviendo con 30 personas en promedio de todas partes del mundo, en un territorio desconocido, con una sumatoria de factores a nivel espiritual exigentes, de idiomas distintos y de biografías en la mayoría de los casos dolorosas.
Pero una vez más la vida me regala el asombro; la sopresa de la inmensidad que hay en el ser humano por descubrir: Personas amorosas, cálidas, sencillas, sabias, sin juicio, sin competencia, amables, compasivas, bondadosas; en realidad Seres Humanos y no hacedores humanos. Fueron 12 días de conexión interna y desconexión externa, el mundo era mis sensaciones, mis emociones, mis pensamientos, era YO, era autoconocimiento, voluntad, autogestión, autocuidado, era magia fluyendo desde mi interior para una humanidad compartida.
Momentos de silencio fueron muchos, aún compartiendo la misma habitación con mi esposo, momentos de soledad ninguno, estaba con la mejor compañía, atención plena minuto a minuto. ¿Qué logré descubrir allí? El amor incondicional, la sonrisa del alma, la mirada transparente, el sentimiento sin palabras, los abrazos regocijantes, el alimento compartido, el sueño profundo, el despertar alegre, la red social más importante: el amor.
Todo fluía, la entrega de todos era auténtica, la aceptación de cada experiencia era como estar sentada frente al mar escuchando el sonido que producen las olas y la caricia de la brisa en el rostro: Mi conexión Interior.
Me acompañaron muchas respuestas, tal vez varias que ya estaban allí para ser aceptadas, pero mi piloto automático no me permitía ser consciente de ello, también pasé por una detallada introspección, tanta que hoy me hace sentirme tranquila, serena y en paz conmigo misma… uy eso fue lo único que tardó un poco en llegar, el perdón a mi misma, mi corazón, mi alma, mi espíritu y mi mente olvidan todo aquello que no les hace bien cuando viene de la externalidad, pero cuando el desacierto nace de mi, es un proceso evolutivo que tiene un aprendizaje bastante emotivo.
A quienes me leen quiero invitarlos para que comiencen su conexión interior, no hay nada más lindo y enriquecedor que conocerse, amarse, respetarse y aceptarse para transformarse. No necesitas ir lejos , con tan solo salir de tu rutina comienzas el viaje, recuerda que no eres un turista de tu vida, eres el piloto de ella, por eso tu decides que equipaje llevas, que pasajeros te acompañan y quién o quiénes serán o son tus copilotos.
Te invito a que cada día seas una hoja escrita y no una en blanco
Sandra C Giraldo.
Coach Ontológica Profesional
Máster en Programación Neurolingüística
Cofundadora de cuerpo&mente. Humanizando el Alivio del Dolor. Una mirada integrativa y funcional al alivio; con un equipo interdisciplinario para el tratamiento o acompañamiento del cuerpo y la mente.
Torre médica Intermédica. Consultorio 1603.
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