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Volver a la vida, viviendo la pérdida

La pérdida es un fenómeno que acompaña nuestra vida, sin embargo, en los últimos años ha sido un evento que nos acompaña de manera más continua. Inmediatamente hablamos de este fenómeno, aparece la necesidad de hablar sobre un proceso que acompaña y es tan común encontrarnos en nuestro lugar de consulta.

El duelo es el proceso de adaptación emocional, física, cognitiva, filosófica y conductual que sigue a cualquier pérdida.

La pérdida ocasiona sufrimiento a quien la padece y el duelo aparece como el proceso mediante el cual la persona comienza a aceptarla y a comprender que deberá continuar con su vida.

Al explicar este proceso es importante tener en cuenta que existen diferentes tipos de duelo dentro de los que podemos mencionar:

Evolutivos: son aquellos que surgen de las diferentes etapas del ciclo de vida, la infancia, adolescencia, adultez, vejez; social, psicológica y físicamente, cada una de estas etapas conlleva unas ganancias, pero también unas pérdidas.

Afectivos: cuando hablamos de estos duelos nos referimos a esa respuesta emocional gestada por la pérdida que representan nuestras relaciones afectivas a todo nivel no solo de pareja, sino también social o familiar. Dentro de estos podemos encontrar situaciones como la separación, divorcio, infidelidad, muerte.

Sociales: Estos se ven representados en nuestro rol en la sociedad, podemos tener pérdidas en lo académico, laboral, orden público (guerra, asesinatos, desplazamiento, secuestro), migraciones; esto dependerá del contexto y momento de vida en el que cada individuo se encuentre.

Enfermedad: todos los seres humanos estamos expuestos en cualquier momento de nuestra vida a sufrir de alguna enfermedad o incluso alguien cercano a nosotros, esto traerá posiblemente cambio de estilo de vida, cambios en autonomía, bien-estar, cambios físicos, lo que indudablemente se sentirá como pérdida.

Personales: Cada una de nosotros tenemos sueños, ideales, proyectos que, al no llegarse a cumplir, indudablemente se percibirán como perdidos.

Al igual que los tipos de duelo, es importante entender que al nombrar al duelo como un proceso nos referimos a un evento que no es estático y que puede explicarse las respuestas emocionales, físicas, cognitivas y conductuales, desde las llamadas fases del duelo. Es importante aclarar que no son fases lineales, ni de requisito indispensable que se presenten todas, pero quizás el hecho de nombrarlas, te permita entender y normalizar cada uno de ellas.

Fases del duelo

Negación: se entiende como una respuesta que cumple una función de defensa para postergar el impacto de la agresión de la noticia. Esta primera barrera defensiva lleva a decir y sentir: no quiero, no puede ser, debe de ser un error. La persona se convence de que hubo una equivocación. En la negación existe una búsqueda desesperada del tiempo necesario para pensar en el futuro de manera más serena, tomando distancia temporal de lo que sucede, buscando una adaptación saludable al evento que apareció abruptamente. La negación es un verdadero intento de amortiguar el efecto del primer impacto.

Negociación con la realidad: La negociación es una nueva conducta defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que pretende restitución a cambio de buena conducta. La gran mayoría de estos pactos son secretos y sólo quienes los hacen tienen conciencia de ello.

Depresión: Suele aparecer con sentimientos de angustia e ideas circulares y negativas. Lo particular en este caso es que estas ideas no son sólo la causa de la depresión sino también y sobre todo su consecuencia. La depresión es más bien el resultado de la conciencia de lo perdido. Es importante aclarar que no es lo mismo que lo que tanto conocemos como el trastorno depresivo mayor, el cual es un diagnóstico clínico que requiere un tratamiento diferente y unos criterios específicos evaluados por un profesional.

Ira: Cuando la persona ve por fin la realidad, intenta todavía rebelarse contra ella, y entonces sus preguntas y sentimientos cambian. Nacen otras preguntas: porque yo, porque ahora, no es justo, y aparece el enojo con la vida, con Dios y con el mundo.

Aceptación: Es el resultado de la identificación de la pérdida, la adaptación a la misma y resignificación de la vida sin ese objeto que se perdió.

Al hacer esta presentación de las fases y perdidas a los que estamos expuesto, vemos como en cualquier momento de nuestras vidas podríamos estar viviendo por un proceso de duelo y por desconocimiento, estar inquietos con nuestras reacciones emocionales y conductuales, para esto es importante acudir a un profesional que pueda ayudarte en el transitar de este momento, por esto te invito a que si algo de lo antes descrito te resuena no dudes en buscar ayuda, porque “Lo que importa no es lo que la vida te hace, sino lo que haces con lo que la vida te hace” Edgar Jackson.

Psi. Tita Builes

Psicóloga Clínica

Mg. en Psicoterpia

Mg. en Terapias Psicológicas de tercera generación

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